Esa costumbre de mierda llamada Cultura del Aguante

Se hace difícil hablar desde el desconocimiento de los intrincados caminos que se suponen deben conducir a la justicia.

Se hace más difícil aun cuando la sensibilidad está todavía un poco más allá de lo que comúnmente se conoce como “a flor de piel”.

De modo tal que no voy a hablar del “Fallo” más allá que tengo mi opinión particular.

Opinión que está fundada en mis pareceres, en mis sensaciones, fundada en mi ideario y apoyada en mis convicciones, pero, alejada del repaso de las fojas de una determinada causa.

Y entonces?.

Callejeros es una mala banda. Suenan mal, desajustados, desafinados y su incipiente éxito obedece más a la permanente arenga a la llamada “cultura del aguante” que permanentemente “brota de su poesía” que a su despliegue en escena.

Aguante al hacer todo “aquello que esté prohibido porque a mi me hace bien”.

Es esa misma ciencia del aguante la que lleva a miles de chicos a participar en un show a horas de un fallo que se suponía sentaría las bases de una nueva cultura. Como si eso no fuera una afrenta a la memoria de quienes compartían el mismo gusto musical.

Celebrar, cantar, tirar papelitos y hasta el típico gesto del “Fuck You” en alto de la madre de Fontanet frente a las narices mismas del dolor no es “aguante” sino desprecio, del más vil y ruin, por la vida misma y por el recuerdo de quienes decían eran sus pares.

Si la “Cultura del Aguante” y su sonambulismo se imponen por sobre el respeto que todos debemos a la vida del otro, simplemente porque a “mi me hace bien”, no existe posibilidad de crecer ni como individuos ni como sociedad.

Pero eso a quién le importa?

Si hasta a la justicia le chupó un huevo.