
La republica surrealista de este lado del mundo se debate entre el mal y el no bien.
Creyentes, soñadores, deseosos y profetas pugnan por ganar un lugar que los consagre entre los elegidos del Olimpo mientras otros, impávidos, absortos asisten como macabros espectadores de una fiesta para pocos.
Adentro, fresas, uvas, tinto, pizza y champangne fluyen como coimas aduaneras mientras trolas, putas, pendejas, chupamedias y mercachifles del poder bailan la danza tan mediática como privada.
Nada importa, total, en poco tiempo esa cosa tan tangible y volatil a la vez, a la que todos llamamos "pueblo" decidirá con su voto quien es el gran hermano de esta historia.
Igual a no asombrarse... Berlusconi arraza seguro.
Ah, perdón, ¿pensaban que hablaba de la Argentina?